La singularidad está cerca: ¿Carga mental para 2045?

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NUEVA YORK - Para 2045, los humanos alcanzarán la inmortalidad digital al cargar sus mentes en las computadoras, o al menos eso creen algunos futuristas. Esta noción formó la base para el Congreso Internacional Global Future 2045, una conferencia futurista celebrada aquí del 15 al 16 de junio.

La conferencia, que es una creación del multimillonario ruso Dmitry Itskov, cayó en algún lugar entre la ciencia hardcore y la ciencia ficción. Presentó un elenco diverso de oradores, desde luminarias científicas como Ray Kurzweil, Peter Diamandis y Marvin Minsky, hasta Swamis y otros líderes espirituales.

En el año 2045

Kurzweil, un inventor, futurista y ahora director de ingeniería en Google, predice que para 2045, la tecnología habrá superado la capacidad intelectual humana para crear una especie de superinteligencia, un evento conocido como la singularidad. Otros científicos han dicho que los robots superarán a los humanos para 2100.

De acuerdo con la ley de Moore, la potencia informática se duplica aproximadamente cada dos años. Varias tecnologías están experimentando avances exponenciales similares, desde la secuenciación genética hasta la impresión 3D, dijo Kurzweil a los asistentes a la conferencia. Ilustra el punto con una serie de gráficos que muestran el ascenso inexorable hacia arriba de varias tecnologías.

Para 2045, "en base a estimaciones conservadoras de la cantidad de cómputo que necesita para simular funcionalmente un cerebro humano, podremos ampliar el alcance de nuestra inteligencia mil millones de veces", dijo Kurzweil.

Itskov y otros llamados "transhumanistas" interpretan esta singularidad inminente como la inmortalidad digital. Específicamente, creen que en unas pocas décadas, los humanos podrán cargar sus mentes a una computadora, trascendiendo la necesidad de un cuerpo biológico. La idea suena como ciencia ficción, y lo es, al menos por ahora. Sin embargo, la realidad es que la ingeniería neuronal está avanzando significativamente hacia el modelado del cerebro y el desarrollo de tecnologías para restaurar o reemplazar algunas de sus funciones biológicas.

Prótesis cerebrales

Se han logrado logros sustanciales en el campo de las interfaces cerebro-computadora, o BCI (también llamadas interfaces cerebro-máquina). El primer implante coclear, en el cual el nervio coclear del cerebro es estimulado electrónicamente para restaurar la sensación de sonido a alguien con problemas de audición, fue el primer BCI verdadero. Muchos grupos ahora están desarrollando BCI para restaurar las habilidades motoras, luego del daño al sistema nervioso por un derrame cerebral o una lesión de la médula espinal.

José Carmena y Michel Maharbiz, ingenieros eléctricos de la Universidad de California, Berkeley, están trabajando para desarrollar BCI de motor de última generación. Estos dispositivos consisten en conjuntos de electrodos del tamaño de una píldora que registran las señales neuronales de las áreas motoras del cerebro, que luego son decodificadas por una computadora y utilizadas para controlar el cursor de una computadora o una prótesis (como un brazo robótico). Carmena y Maharbiz hablaron del desafío de hacer una BCI que funcione de manera estable a lo largo del tiempo y que no requiera estar atada a cables.

Theodore Berger, un ingeniero neuronal de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, está llevando las BCI a un nuevo nivel al desarrollar una prótesis de memoria. Berger tiene como objetivo reemplazar parte del hipocampo del cerebro, la región que convierte los recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo, con un BCI. El dispositivo registra la actividad eléctrica que codifica una memoria simple a corto plazo (como presionar un botón) y la convierte en una señal digital. Esa señal se pasa a una computadora donde se transforma matemáticamente y luego se retroalimenta al cerebro, donde se sella como una memoria a largo plazo. Ha probado con éxito el dispositivo en ratas y monos, y ahora está trabajando con pacientes humanos.

Mente cargando

La conferencia dio un giro surrealista cuando Martine Rothblatt, abogada, autora y empresaria, y CEO de la compañía de biotecnología United Therapeutics Corp., subió al escenario. Incluso el título de la charla de Rothblatt fue provocativo: "El propósito de la biotecnología es el fin de la muerte".

Rothblatt introdujo el concepto de "clones mentales": versiones digitales de humanos que pueden vivir para siempre. Describió cómo se crean los clones mentales a partir de un "archivo mental", una especie de depósito en línea de nuestras personalidades, que según los humanos ya tienen (en forma de Facebook, por ejemplo). Este archivo mental se ejecutaría en "mindware", un tipo de software para la conciencia. "La primera compañía que desarrolle mindware tendrá mil Google", dijo Rothblatt.

¿Pero tal clon mental estaría vivo? Rothblatt cree que sí. Citó una definición de vida como un código autorreplicante que se mantiene en contra del desorden. Algunos críticos han rechazado lo que Rothblatt llamó "dualismo cartesiano espeluznante", argumentando que la mente debe estar incrustada en la biología. Por el contrario, argumentó que el software y el hardware son tan buenos como los artículos húmedos o los materiales biológicos.

Rothblatt pasó a discutir las implicaciones de crear clones mentales. La continuidad del yo es un problema, porque su persona ya no habitaría solo un cuerpo biológico. Luego, hay derechos civiles de clones mentales, que serían la "causa célèbre" del siglo XXI, dijo Rothblatt. Incluso se mencionaron la procreación y reanimación mental después de la muerte.

El mundo cuántico

Paralelamente a la conversación sobre tecnologías cerebrales y carga mental, se habló mucho sobre la naturaleza de la conciencia en el universo. El físico Roger Penrose de la Universidad de Oxford y otros no están de acuerdo con la interpretación del cerebro como una simple computadora. Penrose argumentó que la conciencia es un fenómeno mecánico cuántico que surge del tejido del universo. Aquellos de la "escuela de Penrose" piensan que cargar el cerebro tendría que involucrar computadoras cuánticas, un desarrollo poco probable para 2045.

Pero Itskov piensa lo contrario. El presidente de 32 años del Congreso Global Future 2045 está decidido a vivir para siempre.

Nota del editor: Este artículo se actualizó el 19 de junio de 2013 para corregir las fechas del Congreso Internacional Global Future 2045 (se celebró del 15 al 16 de junio, no del 14 al 15 de junio, como se indicó anteriormente).

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