[/subtítulo]
Wow, ¿esto es hermoso o qué? Los astrónomos argentinos Julia Arias y Rodolfo Barbá utilizaron el telescopio Gemini Sur en Chile para obtener esta nueva imagen sorprendente, que nos permite sumergirnos en parte de la Nebulosa de la Laguna (M8). Esta región de la laguna a veces se llama el "acantilado sur" porque se asemeja a una fuerte caída. Más allá del acantilado, la luz de una salpicadura de estrellas jóvenes de fondo en la esquina superior izquierda de la imagen brilla a través del paisaje nuboso.
La nebulosa de la laguna se encuentra cerca de la constelación de Sagitario en el sur de la Vía Láctea. Visto a través de grandes telescopios de aficionados, aparece como un brillo fantasmal pálido con un toque de rosa. En esta imagen, los astrónomos usaron filtros especiales para revelar las características de las nubes de gas. Los rojos, azules y verdes representan cada uno de los resultados de tres conjuntos de datos en una diferenciación de color muy fuerte. Y así, esto no es lo que la Nebulosa de la Laguna se vería si viajáramos allí y miráramos con nuestros propios ojos. Dos filtros ópticos de banda estrecha sensibles a las emisiones de hidrógeno (rojo) y azufre ionizado (verde), y otro que transmite luz roja lejana (azul). Y así, por ejemplo, la luz del extremo rojo lejano del espectro, más allá de lo que el ojo puede ver, aparece azul en esta imagen.
Arias y Barbá obtuvieron los datos de imágenes para explorar la relación evolutiva entre las estrellas recién nacidas y lo que se conoce como objetos Herbig-Haro (HH). Los objetos HH se forman cuando las estrellas jóvenes expulsan grandes cantidades de gas en rápido movimiento a medida que crecen. Este gas penetra en la nebulosa circundante, produciendo frentes de choque brillantes que brillan cuando el gas se calienta por fricción y el gas circundante es excitado por la radiación de alta energía de las estrellas calientes cercanas. Los investigadores encontraron una docena de estos objetos HH en la imagen, abarcando tamaños que van desde unos pocos miles de unidades astronómicas (aproximadamente un billón de kilómetros) a 1.4 parsecs (4.6 años luz), es decir, un poco más grande que la distancia del Sol a su vecino más cercano, Proxima Centauri.